Todo lo que tiene un principio tiene un final, y éste sería nuestro último día en Budapest. Los dos días que nos quedan los pasaremos viajando de vuelta a Barcelona.
Aprovechamos para hacer las últimas visitas por la ciudad, y vimos el Mercado central y la Sinagoga, que dicen que es la segunda más grande del mundo pero como no tengo con qué comparar...
No hubo tiempo para más. De allí nos fuimos a recoger la mochila y para la estación. Y llegamos con tiempo, para no estresarnos. Incluso nos entretuvimos comprando tabaco y chocolatinas para gastar los últimos florines que nos quedaban. Pero entonces empezó el baile...
El día 20 es fiesta nacional en Hungría, pero nosotros no teníamos ni idea cuando nos levantamos hacia las 10:00.
Nos fuimos del hostel y nos acercamos a la estación para intentar cerrar el viaje de vuelta del día siguiente. Esta vez no tuvimos mucha suerte. Sólo había un tren a Zurich a las 18:00 que nos venía medianamente bien, pero luego desde Zurich no teíamos tren a Barcelona; los había otros días pero no cuando nostros lo necesitábamos. Así que decidimos hacer un último intento de encontrar un vuelo de vuelta que no subiera demasiado de precio; este plan tenía la ventaja añadida de que nos permitiría estar más tiempo en Budapest.
Nos fuimos con la mochila a nuestro nuevo hostel, el Domino Hostel, que resultó muchísimo mejor tanto en instalaciones como en situación: estaba en la misma Vaci utca y a 2 minutos del Mercado Central y el Danubio.
Nos acercamos al Mercado y lo encontramos cerrado. Primer síntoma de que aquel no era un día normal.
Decidimos cruzar el río allí mismo, a la altura del Bastión de los pescadores y el Monumento a la liberación , y dar un paseo por todo el lado de Buda.
Allí comenzamos a ver que sobre el Danubio había una especie de exhibición aérea y pasaban distintos tipos de aviones cada poco. También había una competición de vuelo acrobátio, de esos que pasan por debajo de los puentes y se van haciendo piruetas. Toda la orilla del río estaba petada de gente viendo el espectáculo.
Cuando llegamos la altura de la Colina del Castillo nos encontramos que tampoco allí era un día normal; había que pagar entrada para subir a ver el castillo porque tenían montada una feria/mercado folclórica húngara. Bueno, nosotros pasamos de pagar, subimos por otro lado que nos indicó una chica y al final, casi casi sin querer, estábamos arriba y dentro de la feria. Aprovechamos para comer allí un plato típico húngaro a base de pollo, champiñones y mucha cebolla quenos supo a gloria.
Aprovechamos la mañana haciendo las ultimas visistas a la ciudad de Viena: la Universidad y la VotivKirche. El tren a Budapest nos salia a las 14.00 y llegariamos a las 17.00 horas.
Por fin en Budapest!!!!
Nos chocó un poco llegar a esa estacion bastante cutre, a mi me encantó de entrada, era diferente, fuimos a turismo a por un plano de la ciudad y de paso preguntar por los lugares de mas interes, aunque yo lo tenia todo bastante claro lo que queria ver, despues de la amplia informacion tipo dossier que nos dio Cristina sobre la ciudad, que no veas como se lo curro la tia, GRACIAS. La chica de turismo nos marcó como lo mas interesante LA CALLE DE TIENDAS, hay que joderse!!! Y ésa trabaja en turismo je,je,je me parto.
La estación de Budapest es como de hace 100 años pero a lo cutre, me encanta!!!! Tenía palos de madera atravesados para sostener el techo, os mostramos una foto.
Por fin un pais realmente barato, se veian carteles como un kebab al equivalente de 1,5 euros (aquí funcionan con florines húngaros), menus por 4 euros!!!! ufff que desahogo para el bolsillo, molaba comprar cosas asi. jeje.
El albergue tenía una situacion inmejorable, justo al lado de la estación, pero era un auténtico antro. Ya habiamos leido en un foro que era guarrillo pero la verdad: daba grima, nunca habiamos estado en ninguno asi. EL OUR PLACE HOSTEL, que no vaya nadie por dios!!!!
Dejamos las mochilas y claro ni ducha ni leches, cualquiera se atrevía!!!!
Que bonito Budapest !!!! Fuimos directos al cafe Gerbeaud, que es la mejor pasteleria del pais, en medio de una plaza que ya se veia otro rollo de cuidad, todo mas enfocado al turismo pero con mucho encanto. Gracias por la recomendación una vez más. Riquiiiiisimo. A tu salud por majeta!!!
Desde ahí nos acercamos a la plaza Liszt Ferenc para cenar, pasando junto a la basílica de San Esteban. Nos decidimos por el Cafe Vian, que habíamos visto recomendado en algún foro, y no nos defraudó. Cenamos Gulash y un plato de cordero en salsa, con cervezas y café por 20 euros. Y esto para Budapest es caro!!
Despues a la cama. No sin antes buscarnos otro albergue para la siguiente noche, porque en el que estábamos no ibamos a quedarnos ni de coña.
Segundo día en Viena. Despertamos con el plan de visitar la Opera. Cómo no, después de los 2 capuchinos que nos tomamos en la terracita del MCdonals. Si, si, el mcdonalds. Cuando nos lo recomendaron en el hostel como sitio ideal para ir a desayunar, pues como que nos quedamos con cara rara, pero aquí en Viena el mcdonals es un poco distinto, viene todo tipo de gente, desde paletas de 50 años a gente superjoven. Y tiene una parte un poco, sólo un poco, más elegante que llaman McCafe y sirven tartas y dulces. El cafe capuchino buenísimooooo y encima a 1 euro.
El edificio de la Opera es muy bonito, fuimos con una visita guiada donde nos contaba toda la histora una guia muy simpática. Daba pena escuchar la trágica historia de esta maravillosa opera y ver como gran parte la habian derribado en la segunda guerra mundial, tambien la historia de los arquitectos o alguna anécdota de Monserrat Caballet cuando actuó allí.
Visitamos la iglesia de San Carlos y un mercado árabe gastronómico bastante interesante, lo tenían todo colocado con mucho lujo de detalles y entraba todo por la vista; nos conformamos con tomar unas olivas.
Al día siguiente salíamos a Budapest, asi que nos dirigimos a la estacion de trenes a informarnos del horario; por suerte al estar tan cerca (3 horas desde Viena) habia una buena combinacion.
Cafetito en el mcdonals con wifi gratis y a cenar en un rato.
La cena tuvo miga!! En el hostel había una lista de sitios interesantes y nos recomendaban uno que está al lado del hostel: el CENTIMETER, en el que nos comentaron que pidiermos un plato para los 2, dado lo enormes que eran.
Qué si eran enormes???? Y tanto que lo eran, pedimos chiles con carne que estaban buenísimos pero picaban tanto que Omar no lo disfrutó mucho y a mi, que me encanta el picante, se me saltaban los mocos y tooooo.
En este bar ponian tablas de tostas de diferentes cosas y con muy buen pinta y lo cobraban por centimetros de tosta. Las podias pedir de diferentes cosas, es decir 5 centimetros de tosta de bacon, tomate y queso, 5 cms de quesos gratinados etc.
Decidimos pedir 5 centimetros de cada cosa = 20 cms. Pero en ese momento cortocircuitamos y se lo empezamos a decir así tal cuel, en castellano, y como el tío era educado y asentía pues pensamos que nos estaba entendiendo y todo!! Pues cuál fue nuestra sorpresa cuando el camarero nos sirvió 20 centimetros de cada, que risa! Casi un metro de tostas!! Y después del platazo de chiles. Nos quedamos con una cara...
Llegamos a Viena de buena mañana (a las 8) cansados pero con ganas de descubrir la ciudad, así que fuimos a tomar el cafetito de rigor en una terraza. La primera impresión es que es mas barato que Suiza (cosa fácil).
El calor a pesar de ser temparano fundia un poco, es el tiempo que predomina a lo largo de nuestro superviaje.
Caminamos a buscar el albergue, qué ganas de pegarnos una ducha, dios. Nuestro gozo en un pozo pues hasta las 2 no podíamos hacer el checkin, así que dejmos las mochilas y hay que destacar el gran esmero que hacia la recepcionista en dar informacion de la ciudad, nos ahorró la visita a turismo.
A pesar del cansancio, que se nos olvidó por completo, fuimos a visitar la Viena Imperial, maravillosa!!! Decidimos visitar el palacio Hofburg, de Sissi emperatriz. NOS ENCANTO. Ella y su leyenda, no veais cómo vivia la niña!! Aunque a mi me impresionó más la francesa Mariantoñeta y sus muñecas (otra que vivía a todo trapo mientras los demas pasaban hambre). A éstos de aquí no les cortaron la cabeza como a los de Francia, pero deberían haberlo hecho.
La visista se nos hizo más larga de lo que esperabamos, a la salida nos tiramos a echar la siesta a un parque cerca, el Volksgarten. Yo me apoderé de la barriga del Omar e hice una almohada, jeje.
Fuimos dando un paseo hacía Rathausplatz, que es la plaza de Rathaus, ¿y qué es el Rathaus? Pues ésto:
Allí nos encontramos el Rathausplatz Film Festival, y había una especie de feria gastronómica internacional que estaba muy guay, con su comida de cada pais e incluso de distintos continentes (incluso había puestos de Croacia o Australia). Y la salchica alemana que no comimos en Zurich la disfrutamos ahora a la sombra, que no veas que solete pega... verano, veranito.
Esa noche volvimos al Rataus ya que ponían un concierto-opera de la filarmónica de Berlín, ademas han puesto unas pantallas enormes a la entrada y se verá de lujo; para allá fuimos con nuestras mejores galas. Vaqueros y poco más... ADEMAS DE GRATIS